Clima organizacional
- Escuchar
Parece lo más obvio y es lo más importante. Si trabajas con más gente, hay que escuchar y saber escuchar. Porque escuchar no es lo mismo que oír. Escuchar es ‘procesar’ lo que oímos, valorarlo y tenerlo en cuenta. Y si eres el jefe de ese equipo, escuchar es aún más importante si cabe. Escuchando se encuentran soluciones, se identifican incidencias, se analiza, se aporta. Es, en definitiva, fundamental.
- Impulsa la comunicación
Una consecuencia de lo anterior aunque no es lo mismo. Escuchar es una parte del proceso de la comunicación. La otra es la emisión de información, y eso hay que fomentarlo. No nos podemos guardar información, hay que compartirla para que cada uno sepa y pueda hacer bien su trabajo. Imaginad que en un restaurante, el camarero no transmite en cocina lo que le han pedido. Será imposible que el trabajo salga bien. Por tanto habrá que favorecer los canales de comunicación, fomentarlos, y por ejemplo tener siempre teléfonos abiertos, correos a punto y sobre todo, disponibilidad.
- Tomar decisiones en grupo
Es muy difícil que un grupo (y más si es grande) tome una decisión por unanimidad. Si no es así, hay que llegar al máximo consenso posible y eso requiere tiempo, diplomacia… y las otras dos claves que os hemos dado. Hay que intentar que sea una decisión del grupo, no de unos pocos o, lo que sería peor, de uno solo.
- Establece un objetivo común
Para llegar a un destino común, todo el mundo tiene que remar en la misma dirección. Pero si uno tiene un rumbo, otro tiene otro, y un tercero se va hacia otro sitio, pues al final cada uno acabará llegando a un lugar diferente. Y lo importante es llegar al mismo destino, aunque otra cosa será poder llegar a través de caminos diferentes. Por cierto, para establecer ese objetivo común hace falta tomar una decisión en grupo, con los dos ingredientes mágicos: escuchar y comunicar.
- Crea un sentido de pertenencia
Toma el ejemplo de una nación. Sus miembros sienten que forman parte de ella por una serie de factores comunes. Vamos a trasladar eso a pequeña escala, a un grupo de trabajo. Y es que las personas necesitamos sentirnos parte de algo y para crear un equipo fuerte es obligatorio desarrollar de una identidad común. Hay que definir qué identifica a tus equipos, fijar valores y hacer que cada miembro sea consciente de su impacto en el equipo.